Un poco de cabeza, por favor. Cuando una piensa en crear un blog como este, parte de la base de que muchos que la visiten estarán en su misma situación de aprendizaje o bien, comenzando, pero también da por sentado que hay cosas que sobran decirse, especialmente las referentes a la higiene y a la seguridad.
Y, de pronto, descubre que no, descubre preguntas e interrogantes que dan un poquitín de miedo. Y, por eso, esta entrada: llamando a la responsabilidad.
A ver, en cuanto a jabones, estaréis cansados de leerlo: guantes, mascarilla y gafas protectoras. El primer proceso de su realización produce vapores que pueden ser nocivos para nuestro sistema respiratorio; los ojos se pueden ver dañados por pequeñas salpicaduras, al igual que las manos, etc... Y, en sí, pueden producirse quemaduras verdaderamente graves. Al finalizar el proceso, sobre todo, con algunos aromas, pueden darse pequeñas erupciones en la masa. Hay mucha gente a la que le gusta experimentar cómo irá determinado ingrediente en un jabón... eso es bueno, pero no siempre tenemos información suficiente para saber qué reacción va a producirse y, a veces, hasta al más experto se le puede produccir una reacción de esas similares a un volcán. Hay que tener cuidado.En cuanto a velas, las precauciones no son tantas. En principio, como mucho pueden darse pequeñas quemaduras, pero más por descuidos que en realidad por trabajar con la parafina o con la cera.
Finalmente, una duda frecuente es si se pueden usar los mismos utensilios para velas y jabones que para cocinar, ya que, al fin y al cabo, se usan recipientes, batidoras, ollas para el baño maría, etc... Si bien es cierto que lo ideal sería tener un taller a parte y trabajar lejos de lo que es la cocina de casa, no debería haber problemas por trabajar en la cocina. Pero, lo mismo que apoyo esto, particularmente, prefiero separar todos los materiales que se usan para jabones y velas de los que se usan para cocinar. De hecho, incluso tengo separados los de velas de los de jabones. Hay quien apoya que, lavándolos muy bien, con agua hirviendo y no sé qué más, pueden usarse perfectamente para cocinar. De acuerdo, no soy quien para juzgar a nadie ni sus circunstancias, ya que, muchas veces, tomamos decisiones en función de nuestras circunstancias. Sólo quisiera puntualizar que muchos aceites esenciales quedan absorbidos por los recipientes que se usan; que las velas, incluso con la mayor de las precauciones, es un trabajo bastante "sucio" (de hecho, es recomendable empapelar la zona de trabajo) y que, sinceramente, aún limpiando todos los utensilios después de cada uso, no me queda claro hasta qué punto eso puede ser usado para cocinar.
De la misma manera, y esto ya lo he dicho más de una vez, que se puedan usar muchos aceites esenciales para velas, esto no vale al revés. Salvo especificación del fabricante, los aromas para velas NO sirven para jabones. Y quedan descartados seguro los aceites esenciales que se usan para quemador.
Por la misma razón, hay muchas teorías a las que no se le puede dar la vuelta. A la hora de realizar jabones y experimentar ingredientes, se suele seguir la norma de que todo lo que podemos comer se puede echar en un jabón (por ejemplo, la leche), pero esto no se debería entender en forma inversa: no todo lo que se puede usar como uso externo se puede consumir internamente.Esto, que es más que obvio, es la explicación que usan muchos para usar los utensilios para hacer jabones a la hora de cocinar.
Finalmente, los jabones deberían hacerse en un lugar muy bien ventilado. Si no se pueden hacer al aire libre, se aconseja tener abiertas las ventanas. No realizar el proceso de saponificación cerca de niños.
Hechas estas aclaraciones, tan sólo os pido lo que al principio: mucha higiene y, sobre todo, mucha seguridad.
Ahora, la responsabilidad de cómo hace las cosas es de cada uno: es su decisión y son sus circunstancias.
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