He pensado que, a medida que avance el blog, sería interesante ejemplificar las cosas que sí funcionan de las que os hablaba en días anteriores.
Hoy le toca el turno a la temperatura de la parafina. Os comentaba que es muy importante: si es un poco baja, al enfriar la vela, quedará con un veteado blanco; si es alta, quedará un color más uniforme. Y que, una vez controlado esto, podemos usarlo a nuestro antojo.